Este tipo de demencia es una de las enfermedades  que está afectando principalmente a los adultos mayores, sin embargo,  existen reportes de afectación a personas adultas. Esta es  una enfermedad neurodegenerativa  la cual  ocasiona una notable disminución de  las funciones cerebrales. Algunos síntomas  que permiten detectar tempranamente  la demencia son: olvidos frecuentes, dificultades  en la comunicación, verbalizaciones, cambios periódicos de  ánimo y humor. Una vez va avanzando la enfermedad se hace más evidente  la sintomatología: alteración de la personalidad, una marcada involución en la memoria, dificultades  para responder a las  actividades básicas cotidianas, alteraciones  en el comportamiento y en lo afectivo.

Este tipo de pacientes requieren de una atención especial  por parte de sus cuidadores; valores como la paciencia, el amor, la misericordia, la discreción, la creatividad, entre otras hacer parte del trato que el cuidador  debe tener con el paciente.  Debe ser alguien que se coloqué en el papel del otro.

Cuando se detecta  la enfermedad el paciente sufre mucho porque  siente  que está  acerca  de aquella vulnerabilidad, aquella dependencia del otro; es en realidad, una  etapa  de la enfermedad  en la que  un acompañamiento hacia la pérdida es vital.   Este  acompañamiento es más efectivo si reposa en el seno de la familia. Es el momento de  hacerle sentir al paciente  de Alzheimer  lo valioso  que ha sido en la vida de sus familiares.

A medida que la enfermedad avanza los recuerdos van menguando y la soledad va aumentando. Es una enfermedad de larga estancia. El paciente puede tener una “duración de vida” con Alzheimer entre  10 a 15 años. Quienes tienen  el privilegio de trabajar con este tipo de pacientes, tienen en sus manos la posibilidad de otorgarle cierta  “calidad de vida” hasta  su final de vida.

El secreto está en el  afecto, alimentación sana, lúdica, cuidado de la piel y cuidado físico, recreación, construcción de un legado para los otros posibles enfermos de esta devastadora enfermedad.

Quienes tienen  el privilegio de trabajar con este tipo de pacientes, tienen en sus manos la posibilidad de otorgarle cierta  “calidad de vida” hasta  su final de vida

El secreto está en el  afecto, alimentación sana, lúdica, cuidado de la piel y cuidado físico, recreación, construcción de un legado para los otros posibles enfermos de esta devastadora enfermedad.